martes, 8 de enero de 2013

La Aduana De Crecer

Mi niñez fue un tren, persiguiendo al horizonte,
que siempre decía: ¡Ven! sin saber muy bien a donde.
el futuro era un país en el confín de la distancia,
lejana nube gris en la ventana de mi infancia.

Y crecer era sencillo, todo tenía brillo, 
siempre había una princesa que salvar de algún castillo,
ya de niño, crecí sentadito en un bordillo,
con sueños en la cabeza y con arena en los bolsillos.

Nadie te cuenta que este cuento es un engaño,
que todo es un invento pa que sigas al rebaño
que el tiempo pasa lento pero que vuelan los años,
que crecer es aprender a desengaños.


Que toda la fe, que se pierde ya no vuelve nunca,
y no tío!, no siempre hay respuesta a las preguntas.
lo único difícil de crecer en esta jungla
es saber seguir de pie cuando todo se derrumba.
 
Hipnotiza,
No, no se cotiza, el tiempo se desliza,
recuerdo las calles, los parques, tardes rojizas
y mi primer grafiti en la pared con una tiza,

¡Ahora todo se analiza! 
hasta el mismísimo amor sabe a ceniza, los besos agonizan,
todos los días son arenas movedizas,
un sueño que despierta mientras otro cicatriza.


Y miro hacia atrás para recordar quien soy
y miro hacia delante pa saber a dónde voy.
ya no doy gracias al cielo por el pan de hoy
tengo los pies en el suelo se donde estoy.


Tras reflexiones, la conclusión es, 
que en esta vida no hay un libro de instrucciones, 
solo el corazón es la única bandera
y desde ahí, si, cada uno vive a su manera.

Y persigue a sus quimeras, los hay que solo busca el oro,
otros la verdad que mueve al globo,
pero yo fui sobre todo de la escuela del ayuno,
donde los hombres valientes nos pegamos uno a uno.



Y miro hacia atrás para recordar quien soy
y miro hacia delante pa saber a dónde voy.
ya no doy gracias al cielo por el pan de hoy
tengo los pies en el suelo se donde estoy.


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